Thursday, June 2, 2011

Tivoli Eco Resort: paraíso ecológico con mar azul



Si tienes deseos de sentirte impune, aquí tenemos algo bueno para recomendarte.

Hace muy poco tuvimos la posibilidad de conocer un destino brasilero que todavía no está en el radar de la mayoría de los viajeros frecuentes de nuestro país. Se llama Tivoli Eco Resort, y que
da en Praia do Forte, a una hora de viaje por carretera desde Salvador, la capital del estado de Bahía.


Antes de seguir con este relato conviene detenerse un segundo, para hacer una consideración. Las personas que viajan a modo de esparcimiento se dividen en dos. Por un lado, tenemos a las que priorizan el encanto del destino, y tanto les da dormir en una hamaca paraguaya o en un establecimiento de alta gama: a esta clase de viajeros les interesa más andar todo el día de acá para allá, antes que disfrutar de las instalaciones de un gran hotel. Por otro, tenemos a los viajeros que hacen foco principalmente en el lugar en el que van a hospedarse, de modo que aman los resorts, porque éstos –cuando tienen la categoría adecuada- representan un pasaporte a la relajación, la belleza y el lujo. El Tivolo Eco Resort de Praia do Forte es, sin dudarlo, una gran opción para los del segundo grupo: los viajeros de alto poder adquisitivo que buscan una experiencia hedonista.

Este hotel es un destino en si mismo. Las revistas de viajes y turismo más prestigiosas no dudan a la hora de considerarlo entre los principales complejos turísticos del mundo. En el Tivoli Eco Resort todo es verde y azul. Puro mar y naturaleza, en un predio de 300.000 metros cuadrados de superficie, con 12 kilómetros de playas vírgenes con coqueiros, recifes multicolores, piscinas naturales con aguas cristalinas, ríos, lagos y correderas. Un santuario ecológico. Ideal para parejas en plan romántico, o para familias con niños de corta edad.

Este paraíso en el litoral norte de Bahía tiene 292 habitaciones, ochos piscinas, tres restaurantes, un spa impresionantes, instalaciones deportivas y un centro de recreación para chicos de 4 a 11 años, el Club Careta Careta, donde atienden a los niños con el mismo esmero que en un colegio privado de Palermo Chico.

Dicho de este modo, rapidito, como quién repite el abecedario, poco estamos diciendo. Son datos duros, que trasmiten poco. Pero si lo contamos de otro modo, acaso la belleza y el confort se puedan explicar mejor.

LAS HABITACIONES
Cada habitación en el Tivoli Eco Resort es un espacio de diseño, en especial las de las categorías Deluxe, Master y Master Spa, que tienen la estética propia de un hotel boutique, con muebles de diseño, lino, colores cálidos, revestimientos con texturas, y esculturas y piezas de artesanía local en cada una de ellas. Las construcciones son bajas, cada ala tiene cuartos en planta baja y primer piso. Todas con balcón amplio con vista al mar, y a un océano verde de palmeras y vegetación tropical. El Eco Resort promueve el respeto por el medio ambiente, y todo está desarrollado bajo la premisa de no interferirlo ni alterarlo. Por eso es que nadie se ocupa de espantar a las docenas y docenas de monos pequeñitos -no más de 25 centímetros de altura- que todas las mañanas trepan por los balcones de los dormitorios, para espiar a los huéspedes.

El personal de servicio en el Tivoli es un plus: gente noble, respetuosa, consagrada a su trabajo con esmero y sin afán de especulación. O sea, todo lo contrario a lo que ocurre en algunos destinos como Cuba, por ejemplo, donde el personal piensa más en recibir una propina que en brindar confort al pasajero.

COCINA GOURMET
El resort tiene sistema de media pensión. Se desayuna y se cena en el restaurante Goa, que realmente sorprende por su buffet. Lo contamos: por día ofrecen más de 100 opciones de platos diferentes de cocina internacional, con énfasis en las propuestas de la culinaria bahiana. La cocina tradicional del lugar se distingue por ser picante, muy elaborada y sabrosa por la cantidad de especias que se le añaden. Los platillos típicos de esta región son las moquecas (pescados y frutos de mar con leche de coco y aceite de dendê), la casquinha de siri (cangrejo) y el acarejé (masa de chicharo rellena con camarones, frita en aceite de palma). Si uno quiere probarlos, puede. Pero también la casa se esmera en reversionar estos platos de la cultura popular, al gusto del paladar gourmet internacional.


La gastronomía del Eco Resort de Praia do Forte tiene un nivel de excelencia difícil de encontrar en otros complejos turísticos. Sofisticar las propuestas gastronómicas es política de la empresa. Todas las propiedades de la cadena Tivoli (en España, en Portugal, y también en San Pablo, donde tiene un 5 estrellas que es miembro de The Leading Hotels of the World) se distinguen por sus cocinas.



Además del Goa, el Eco Resort ofrece otras dos opciones para almorzar a la carta: los restaurantes Já y Tabareu, este último con una barra de sushi, cerquita del mar, con una notable variedad de pescados y de piezas de autor.


AGUA DULCE, AGUA SALADA
El diseño del área de piletas juega un papel esencial en la arquitectura de todo resort con pretensiones de jugar en la liga mayor de la hermosura. La piscina “estrella” del Eco Resort, la que está ubicada a 50 metros del área central de piletas, se saca un 10. Está construida de modo tal que “se funde” en el mar. Desde cualquier posición en la que se la contemple (desde afuera, o sumergidos en ellas), las aguas del mar se visualizan como una prolongación del natatorio. Si alguien realiza alguna vez un ranking de las 10 mejores piletas del mundo, ésta –seguro- ocupa un lugar en el podio. Para sumar detalles de confort: tiene servicio de mayordomo en su deck. El mismo nivel de excelencia se extiende a todas las áreas comunes del resort, aunque aquí alcanza su máxima expresión.

Otro punto caliente en el Eco Resort es el Thalasso Spa, un santuario de salud, belleza y bienestar. Su highlight es la talasoterapia, uno de los tratamientos anti-stress más antiguos, naturales y eficaces del mundo. Tiene como base la utilización de agua de mar, asociada a diferentes técnicas de relajación. Bonito y costoso, con tratamientos para damas coquetas y caballeros con buena capacidad de ahorro.

UNA VISITA AL PUEBLO
Disfrutar del encanto de no hacer nada es una gran cosa .Se puede pasar una semana entera dentro del Tivoli Eco Resort navegando por una rutina de reposada calma, y no aburrirse. Aunque si a uno le cuentan que a Praia do Forte le llaman la Polinesia del Brasil, no se puede dejar de sentir curiosidad. Hay que ir a conocer al pueblito que es cabecera de playa de esa promesa de ensueño. El mejor momento es a la tardecita, cuando el sol se empieza a ir. Desde el hotel parten unos curiosos vehículos de tres ruedas a los que todo el mundo llama “tuc-tuc”. Sólo en la India hemos visto algo similar. Son como motos carrozadas, con un habitáculo para el conductor, y un espacio trasero en el que caben hasta cuatro personas apretujadas. En La Habana también existe algo parecido: el Coco Taxi. El trayecto hasta el inicio de la calle peatonal de Praia do Forte demanda apenas tres minutos. También se puede llegar caminando por la playa, en no más de 15 minutos.

El pueblito es pequeño y pintoresco. Tiene encanto: una bohemia, chic y relajada, con restaurancitos de autor, tiendas de ropa de diseño y un touch de folclore local que aportan los pescadores, que al atardecer merodean en patas.