Thursday, June 23, 2011

Egipto rico culturalmente por eso es un destino....

Hacer turismo en Egipto es sinónimo de conocer sus colosales pirámides. Sin embargo, mucha gente no sabe que en este país también se pueden conocer nuevos atractivos turísticos.

En Egipto se pueden visitar los típicos safaris, hermosas playas, románticos cruceros por el río Nilo, reservas naturales, el Mar Rojo y una interesante vida nocturna que atrae cada vez más a turistas de todo el mundo.

Con más de 3100 años de historia, Egipto siempre ha deslumbrado a los turistas con sus enormes pirámides, monumentos arqueológicos, templos, tumbas, las esfinges y el Cairo, rodeados de una riqueza histórica incomparable. 

En los últimos años, las autoridades egipcias decidieron promover a su país, no sólo como un destino cultural, también desde el punto de vista del entretenimiento, como sus playas, excursiones ecoturísticas y realizar safaris en el desierto.

Además, el ministerio de turismo egipcio desarrolló una campaña promocional para quebrar el tradicional pensamiento de asociar terrorismo, islamismo y Medio Oriente.

Esto lo hicieron con el fin de aumentar el número de turistas en Egipto, se realizaron ofertas y descuentos considerables en las tarifas aéreas, hoteleras y centros turísticos más importantes.

Por eso, aparte de las tradicionales excursiones turísticas, los extranjeros y visitantes pueden pasear por el río Nilo, cenar en restaurantes de lujo y hospedarse en hoteles lujosos, además de disfrutar de una ópera.

En las costas del Mar Rojo se pueden realizar las siguientes actividades: disfrutar de los centros playeros, encontrando arenas tibias y blancas, practicar deportes marítimos como el buceo con snorkel y pescar (existen cerca de 800 especies de peces).

El Jeque de Sharm, constituye una de las mejores opciones turísticas, con hoteles de cinco estrellas, paseos de compras, deportes acuáticos y atractivos nocturnos (bares, casinos, clubes, entre otros).

Existen diversos parques naturales y reservas donde se puede practicar el ecoturismo y realizar safaris, donde la aventura y la diversión están aseguradas. Podemos mencionar entre estos el parque de Abu Galum, en el golfo de Aqba, y la reserva natural de Ras Mohammed en el Sinaí meridional.



Así que  ya sabes Egipto  es un lugar interesante y  un destino del cual no te arrepentirás visitar.....

Sunday, June 19, 2011

Coma pescado, pero con cuidado

EFE
Washington
Comer el pescado capturado por uno mismo, una costumbre muy extendida entre los hispanos, supone un “riesgo desproporcionado” de intoxicación con mercurio, según un análisis que reveló el grupo de investigación Bendixen & Amandi.
La intoxicación con mercurio, que procede principalmente de las plantas industriales que consumen carbón, constituye un “peligro claro y presente para la salud de la comunidad hispana”, debido a una “combinación de factores culturales, económicos y lingüísticos”, señala el texto.
Hispanos
Un 31 por ciento de los hispanos que vive en EE.UU pesca de forma regular, y dentro de ese grupo, un 76 por ciento consume y comparte el pescado que captura con sus familias, según los datos del análisis, procedentes en su mayoría de la encuesta nacional sobre latinos y el medio ambiente que la firma realizó en 2008.
Entre los miembros de las familias expuestas a ese pescado hay niños pequeños y mujeres en edad fértil, los dos grupos de población más vulnerables a la intoxicación con mercurio, advierte el texto.
“Los hispanos de Estados Unidos debe estar especialmente preocupados por el pescado que comen, dado que muchos de los ríos locales presentan altos niveles de contaminación por mercurio”, indicó el codirector del grupo de investigación, Fernand Amandi.

¿POR QUÉ ESTÁN EN RIESGO LOS LATINOS?
Según un estudio de la Universidad de California-Davis de 2009, la mayoría de los hispanos que pescan con caña en los ríos urbanos lo hacen debido a una falta de opciones de transporte para llegar a mercados asequibles para ellos.
Los pescadores con caña hispanos en California ingieren, de media, 13.9 microgramos de mercurio al día a través de los peces que capturan, un nivel que duplica el límite de seguridad establecido por la Agencia de Protección Medioambiental.
Otro factor que aumenta el riesgo entre los hispanos es que las advertencias y señales de alarma sobre la pesca situadas cerca de los ríos no suelen estar en español.  

El triple legado de Cipriani

Caius Apicius (EFE)
Madrid
Si hay un nombre legendario en la historia de la hostelería veneciana ése es, seguro, el de Giuseppe Cipriani, que allá por los años 30 abrió en las proximidades del Gran Canal y de la Plaza de San Marcos el mítico y mundialmente conocido ‘Harry’s Bar’.
Cipriani era un buen camarero y un magnífico maÓtre, con el único defecto de durar poco tiempo en cada empleo, no porque sus jefes decidiesen prescindir de él, sino porque a el le gustaba cambiar de actividad más o menos cada temporada. El hecho fue que se hizo popular en Venecia.
Su vida cambió cuando conoció a un estadounidense llamado Harry Pickering, cliente diario del bar del Hotel Europa, uno de los ‘grandes’ venecianos de la época, en el que trabajaba Cipriani. La historia es larga, pero dejémosla en que Pickering se encontró sin dinero para regresar a su país y le pidió prestadas diez mil liras a Cipriani. Este, que no había escarmentado de casos parecidos impagados, se las prestó, y Pickering regresó a los Estados Unidos.
Pasaron varios meses, y el americano no aparecía, para angustia de Cipriani y su esposa. Por fin, un día de febrero de 1931 lo vieron aparecer. Y no solo le devolvió el dinero, sino que explicó: “para demostrarle mi reconocimiento añado esta cantidad, para abrir un bar en sociedad, que se llamará ‘Harry’s Bar’”. Así nació el bar más famoso de Venecia, quizá de Italia.
En sus memorias, tituladas ‘L’angolo del Harry’s Bar’ (El rincón del Harry’s Bar), Cipriani pasa lista a sus creaciones. Asómbrense: solo tres. Una fracasó, un cóctel llamado “Dogo”, por el Dogo (Dux) de Venecia. Sí que triunfó, en cambio, el “Bellini”. Dejamos la palabra a Cipriani: “un día, en verano, mezclé jugo de melocotones frescos con prosecco de Conegliano; vi que gustaba y como era el año de la exposición antológica de Giambellino lo llamé Bellini; se tornó en un clásico”.
La afición a la pintura veneciana de esa época quedó patente en su creación más famosa: el carpaccio, finas láminas de solomillo crudo de buey que sirvió a una cliente, la contessa Amalia Nani di Mocenigo.

La creación más famosa de Cipriani fue el carpaccio, finas láminas de solomillo crudo de buey que sirvió a una cliente, lacontessa Amalia Nani di Mocenigo.








UN PLATO EN HONOR A UN ARTISTA PLÁSTICO
“La carne, sola -cuenta Cipriani- era un poco insípida; pero había una salsa muy sencilla, que llamó universal por su adaptabilidad a carnes y pescados. Puse un poco sobre la carne y, en honor del pintor del que aquel año se hablaba tanto en Venecia a causa de una gran exposición, y también porque el color del plato recordaba algunos tonos rojos del artista, lo llamé carpaccio”. Hablamos de Vittore Carpaccio.
¿La salsa original? Según Marco Guarnaschelli, es básicamente una mayonesa: yemas de huevo, mostaza inglesa, jugo de limón y sal; se añade aceite de oliva a hilo, mezclando hasta ligarla bien.
Finalmente, se añade salsa Lea&Perrins y vinagre, y se dibuja un enrejado sobre la carne. Ya ven qué sencillas suelen ser las grandes cosas.

Saturday, June 18, 2011

El yogur en la cocina

El yogur es un producto noble, versátil e ideal para esta época de calor. Puede consumirse en entradas dips, postres, salsas para pescados y otros.
 Es increíble saber que un producto que no es más que el proceso bacteriano de la leche, pueda tener esta versatilidad cuando se bien utiliza. La creatividad también ayuda.
Para saber un poco más sobre el yogur, existen pruebas de que las preparaciones de estos productos lácteos existen desde hace 4,500 años. Su nombre procede del término turco yogourt, que a su vez se deriva del verbo yogurmak. Este quiere decir mezcla.
Por años ha sido el responsable de ser la comida propia de algunos países, incluso sinónimo de un producto lácteo para la buena salud. Les daré ideas para preparar diferentes tipos de yogur.

DIPS DE YOGUR Y AJO CONFITADO
Ingredientes
1 libra de yogur natural
1/2 libra de queso de cabra fresco
7 dientes de ajo
1 taza de jugo de limón
1 paquete de puerro fino
Aceite de oliva sal y pimienta de espelette.

Preparación
Tome los dientes de ajo y cocínelos en aceite de oliva sumergidos durante 30 minutos en el horno o fuego muy lento a 150 grados centígrados. El puerro fino sepárarele la parte verde y lo pica muy finamente.
 Luego en la licuadora mezcle el ajo confitado ya frío con sal, la taza de jugo de limón y el queso de cabra para obtener una pasta muy liza sin grumos. Luego en un bowl muy frío mezcle en la licuadora con yogur. Lo colocamos en un bowl o plato hondo. Por encima de nuestro dips de yogur colocamos el puerro fino, la pimienta de espelette, un filo de aceite de oliva y sal opcional.
Tips:
Acompañar este dips con pan pita fresco o crujiente. Si desea pretzel.
Salsa de yogur y chiles
Ingredientes
2 tazas de dios de yogur y ajo confitado ( ver receta anterior) sin hierbas ni pimienta de espelette
1/2 paquete de eneldo
1 pepino
1 chile rojo fresco

Preparación
El eneldo será desojado y picado muy finamente. Los pepinos serán pelados, le sacamos las semillas y picamos en cuadros de un tamaño mediano. El chile rojo será picado en ruedas muy finas. Luego mezclamos todos los ingredientes y servimos en forma de quenefa o salsa.  
Cortesia: Saverio Stassi Especial para LD

Friday, June 17, 2011

Un tamal nada mal para almorzar

El tamal es un plato muy consumido en la gastronomía mexicana, donde es común encontrar puestos de venta de este alimento en las esquinas y que formen parte del menú de sus celebraciones.
Cada ciudad tiene una forma característica de prepararlo, lo que hace que la variedad de combinaciones de rellenos sea amplia.
Según el chef mexicano David Ordóñez, del restaurante El Agave, los tamales se preparan generalmente con una masa de harina de maíz. Para hervirlos se envuelven en hoja de plátano o maíz, aunque además se usa el papel encerado, de aluminio y el plástico. Con frecuencia se rellenan de guisados de cerdo, pollo o vegetales.
Los hay dulces y salados, agrega el chef.

Preparación 

La palabra tamal quiere decir envuelto.
El primer paso es cocinar la harina de maíz con caldo de pollo hasta que quede espeso, luego se le agrega el relleno y se pone a cocinar. Un tamal bien elaborado dependerá mucho de la calidad de su masa pues es lo que le da consistencia al plato.
Son muy populares los que se acompañan con fri- joles medio secos con una rebanada de queso fundido.
Se mojan con mole, pipián, salsa verde o roja. Estas salsas regularmente son de sabor picante pues se preparan a base de chiles anchos y secos deshidratados.
De acuerdo al tipo de salsa también se le agrega tomates, ajo y cebolla. Este plato tiene mucha demanda, “un restaurante mexicano sin tamales, no es mexicano” concluye el chef.
 Cortesia: Listin Diario

Thursday, June 16, 2011

Escapadas rurales: 6 estancias recomendadas para alejarse de la ciudad

En Argentina encuentra seis lugares donde puedes pasar más bien un paraiso infinito y practicar un turismo


rural evitando toda la contaminación, el ruido y las grandes masas de la vida citadina un poco de aire puro, en el silencio del monte le acientan muy bien a cualquiera asi que estos son los lugares para darte el gusto.



El turismo rural es uno de los rubros turísticos que más ha crecido en la Argentina en los últimos tiempos: si diez años atrás había unos 300 establecimientos dedicados a esta actividad,

hoy ese número se ha cuadruplicado, según datos oficiales del Ministerio de Turismo de la Nación.

En todo el país, cada vez más estancias complementan sus tareas productivas abriendo las tranqueras al turismo tanto para ofrecer días de campo bien auténticos como para brindar alojamiento cinco estrellas, atendidas por sus propios dueños o por expertas gerenciadoras multinacionales.

Buenos Aires es especialmente generosa en opciones para comprobar las razones del boom. Palacios históricos y discretas y cálidas casas rurales; asadores y cocina francesa de autor, y hasta programas de yoga y meditación. Y lo mejor es que está todo acá nomás. Aquí, seis opciones, seleccionadas para distintos g

ustos, ondas y presupuestos.


1. VILLA MARIA
De qué se trata: ¿Realmente alguna vez hubo gente que vivió en lugares como este? Eso es lo que uno se pregunta al admirar esta mansión de estilo Tudor-Normando de 3000 metros cuadrados diseñada por Alejandro Bustillo, uno de los más renombrados arquitectos criollos, en tierras adjudicadas en 1825 por Juan Manuel de Rosas a don Félix de Alzaga. Hoy, este palacio rural es un hotel de once suites, wine bar, sala de habanos y más. Todo en Máximo Paz, a sólo 45 minutos del centro, por la autopista Ezeiza-Cañuelas.


¿Y ahí qué hacemos?: Hay canchas de polo,

ocho canchas de tenis (by Vilas Tennis Club) y, próximamente, 18 hoyos de golf, spa y centro ecuestre. 

Además, bicis, caballos y carruajes. La cocina, más que casera, es gourmet y de autor, inspirada en la gastronomía argentina de principios de siglo XX. La novedad: junto con profesionales de la Fundación Vida Silvestre, se diagramó un recorrido por 70 hectáreas de parque diseñado en 1918, que permite apreciar más de 150 especies de árboles y plantas. El tour termina con un té con pastelería de campo en las galerías de la casa.

Lo mejor es: La casa, sencillamente de fantasía. El parque, con unas 350 especies de árboles, en muchos casos exótico

s.


2. BELLA VISTA DE GUERRERO
De qué se trata: Otro imponente casco del siglo XIX, como para sentirse protagonista de una glamorosa ficción retro. Está en Castelli, a dos horas de Capital, por la ruta 2, a orillas del río Salado, en un campo de lomadas, llanos, humedales y 60 hectáreas de monte nativo. Sensiblemente más importante que otros cascos bonaerenses, cuenta con 17 habitaciones, dos restaurantes (cocina internacional y regional), café, cava, sala de juegos, biblioteca, business center, pileta y, sí: spa.


¿Y ahí qué hacemos?: Caminatas, actividades rurales, pesca, bicis, deportes varios… pero también, con debida anticipación, se pueden programar desde prácticas en el autódromo cercano hasta vuelos en globo. En el spa, masajes, drenaje linfático, reflexología, piedras calientes, hidromasajes y sauna. También cuenta con su propia cava, donde se pueden degustar etiquetas sobre toneles devenidos mesas.


Lo mejor: El campo en sí, único. El spa: pocas estancias lo ofrecen (la mayoría sólo cuenta con la posibilidad de masajes). Y la variedad en la gastronomía: parrilla y horno de barro, pero también cocina más sofisticada y notable pastelería.


3. EL SOSIEGO
De qué se trata: En Arrecifes, a una hora y media de Capital (160 kilómetros por Panamericana Pilar), es un antiguo haras reciclado con seis habitaciones en suite, pileta, salones y cinco hectáreas de parque con frutales, huerta orgánica y animales de granja. Una opción simple, donde no vivieron presidentes ni se filmaron películas, pero que garantiza tranquilidad, aire puro y una estadía descontracturada a una tarifa más que accesible.

¿Y ahí qué hacemos?: Se puede andar a caballo, en sulky y en bicicleta. Hay laguna y arroyo donde pescar. A sólo diez minutos, se encuentra una cancha donde se puede arreglar una jornada de golf. Para comer, asado, pollo al disco y más delicias con ingredien

tes que los mismos comensales pueden ayudar a recolectar de la granja y la huerta.

Lo mejor: La atención personalizada de sus dueños: turismo rural realmente a escala uno en uno.


4. LA ORIENTAL
De qué se trata: Queda en Junín, a 250 kilómetros de Capital y es uno de los cascos más señoriales de Buenos Aires. Otra de esas estancias con varios nombres patricios en su historia: se encuentra en campos que pertenecieron a Federico Rauch y Manu

el Dorrego, pero fue hecha construir en 1880 por Don Justo Saavedra y conserva hasta hoy parte de su mobiliario original importado de Europa. Son siete habitaciones, cálidas salas, galerías, pileta y muelle sobre la laguna El Carpincho, todo en un bosque de más de 30 hectáreas.


¿Y ahí qué hacemos?: Lecciones de equitación, masajes y hasta arquería y pesca con mosca en la laguna. Para comer, asados, lechón, cordero, carbonada. Pero lo más original es que ofrecen también unos interesantes “retiros sanos” de dos noches con instructora de yoga, sesiones de meditación y comida vegetarianas. Los fines de semana, se puede coordinar para hacer vuelos en parapente.


Lo mejor:  Gran lugar para quienes tengan debilidad por la decoración. La estancia fue abierta al turismo por su actual dueña, Estela Ocampo de Torello, una decoradora que se ocupó de devolverle al casco su tradicional esplendor.


5. LAS VIBORAS
De qué se trata: Desde la ciudad, hay que hacer 230 kilómetros hacia el sur (Tordillo, cerca de Dolores) para llegar a esta estancia que, cuentan, fue habitada por Rosas (pertenecía a su hermano Prudencio) durante cuatro años. Parte de la casa (de arquitectu

ra criolla con elementos neoclásicos italianos) fue edificada hacia 1820, aunque otro sector es bastante más “nuevo”, de unos 60 años atrás. El campo, donde hoy se crían caballos de polo, es de unas 9000 hectáreas, pero el casco cuenta con sólo cinco habitaciones, además de la sala de juegos, el comedor, living de señorial chimenea, biblioteca y pileta.


¿Y ahí qué hacemos?: Cabalgar, pasear en carruaje o canoa, participar de las actividades diarias del campo y comer muy bien.


Lo mejor: Que son pocas habitaciones en una gran extensión de campo donde no es raro ver, aparte de caballos y vacas, ciervos. Para comer, el cordero a la cruz y el cochinillo al horno de barro, todo con carnes y verduras de la misma estancia.



6. LA RICA
De qué se trata: Otra estancia histórica, cuyo origen se remonta a la primera mitad del siglo XIX, con la particularidad de que se encontraba en la línea de fortines bonaerense, lo que explica la presencia de cañones. Efectivamente, el casco cumplía funciones productivas, pero también de defensa, lo que lo hace un lugar muy especial. Hoy es Patrimonio Histórico Nacional. Se trata de tres casas, con sus respectivas habitaciones, vinculadas con galerías, glorieta y arboledas de Camelias a la antigua. También hay un jardí

n de película diseñado (must de época) por Carlos Thays. Queda en Chivilcoy.


¿Y ahí qué hacemos?: Paseos en bicicleta, a caballo y en carruaje, recolección de frutos en la quinta, masajes, polo para principiantes, pileta, sala de DVD, y un amplio menú para chicos, con juegos y actividades rurales.

Lo mejor: Las singulares características de la casa, que incluyen torretas defensivas y túneles de escape. También, la cocina caserísima: lentejas, bifes y pollo al disco, tortas fritas, miel y dulces con frutas de la quinta. Atención con el té de menta, el café con confituras de naranja y los panqueques con dulce de leche que puede llegar a preparar la misma dueña, Teresa Achával.

Cortesia de Revista Joy

Thursday, June 9, 2011

Bakú, la capital del "oro negro" un destino....

Desde esa época, la ciudad, de poco más de 2 millones de habitantes, está vinculada al hidrocarburo que ha sido una de las principales fuentes de energía mundial de los últimos decenios. En los suburbios de Bakú, los brazos metálicos de las bombas extractoras, algunas de las cuales datan de los años 30 del siglo pasado, se mueven acompasados e incansables para arrancar la riqueza negra de yacimientos que se encuentran prácticamente a ras del suelo. Literalmente, el petróleo mana.

Y no solo en tierra: las torres de extracción se adentran profundamente en las aguas del mar Caspio, que baña la ciudad y cuyo fondo alberga ingentes reservas de petróleo, el combustible que le ha permitido a Azerbaiyán alcanzar cotas increíbles de crecimiento, como en 2007, cuando su Producto Interior Bruto se incrementó en el 26 por ciento.

La presencia de los hermanos Nobel en la capital azerbaiyana, echada al olvido en tiempos soviéticos, ha sido rescatada por las autoridades del Azerbaiyán independiente, que restauraron en todo su esplendor la residencia que ocupaban cuando trabajaban en Bakú y conocida como Villa Petrolea.
En el último decenio, en la capital azerbaiyana no sólo han crecido cientos de modernos edificios de viviendas y oficinas, sino que han sido restaurados sus monumentos arquitectónicos, muchos de ellos erigidos durante el primer "boom" del oro negro, cuando Bakú se convirtió en un centro industrial.

FORTALEZA
Especial hincapié se ha puesto en la conservación de la fortaleza Icheri Sheher (Ciudad Vieja), tras cuyas murallas almenadas vivía el Bakú medieval. De esa "semilla" nació la gran ciudad.
La fortaleza está coronada por la Torre de la Moza, cuya silueta es el símbolo eterno de la ciudad, como lo es la catedral Notre Dame para París. La Torre, construida en el siglo XII, aunque hay quienes sostienen que fue erigida mucho antes, guarda muchos secretos: el principal de ellos es el fin por el que fue construida. Para algunos, el singular monumento es un observatorio astronómico; para otros, un templo. Hay quienes sostienen que se trata de una mera fortificación y no faltan tampoco las versiones esotéricas, que alimentan innumerables leyendas, tanto sobre la torre como acerca del origen de su nombre.
"Cuesta hallar palabras para expresar lo que uno siente cuando uno camina por las estrechas callejuelas de Icheri Sheher. Yo me críe aquí. Pero empecé a comprender la belleza de estos lugares encantados sólo cuando me hice adulto", dice a Efe, Fahri Agáyev, un jubilado de 72 años que ha vivido toda su vida en la capital azerbaiyana.
Para Fahri, pasear por Icheri Sheher es "como penetrar en los secretos de la historia, pues cada piedra de la Ciudad Vieja ha sido pulida por los vientos Xazri y Gilavar (Norte y Sur)".

VIENTO Y FUEGO
Bakú, por cierto, es conocida como la ciudad de los vientos. Algunos científicos aseguran que la etimología de su nombre proviene del persa antiguo "badkuve", que significa "golpe de viento". Otros, en cambio, consideran que tiene su origen en el zoroastrismo y que viene de la palabra "baga", con la que una serie de lenguas antiguas designan al sol.
En tiempos remotos, Bakú fue un lugar de peregrinaje para los adoradores del fuego. Hasta el día de hoy en las afueras de la capital, junto a la localidad de Surajaná, sigue ardiendo la llama en el templo de los adoradores del fuego "Ateshgiah". Tampoco faltan junto a la ciudad fenómenos naturales únicos en su género, como Yanar-dar, la montaña ardiente, que permanentemente escupe fuego.

El crecimiento económico de los últimos años no sólo ha disparado el sector inmobiliario, sino también ha ayudado a restaurar y embellecer la ciudad. El bulevar de la marina, a lo largo de la herradura de la bahía de Bakú, ha cambiado hasta lo indecible, pero también conserva instalaciones y edificios que son parte de la historia del malecón, como el Teatro de Muñecos, los restaurantes "Zhemhúzhina" y "Sahil", así como la vieja torre para lanzamientos en paracaídas.

El Ayuntamiento planea extender el bulevar en ambas direcciones de la bahía y muy pronto llegará hasta su extremo suroriental, donde se extiende la Plaza de la Bandera. Allí ondea la enseña nacional azerbaiyana en el asta más alta del mundo: 162 metros. La  bandera misma, que pesa 350 kilogramos, mide 35 metros de ancho por 70 de largo.

LA INFLUENCIA DEL CASPIO
El Caspio no es sólo el tesoro de Bakú y de todo Azerbaiyán por las ingentes reservas de gas, petróleo y recursos pesqueros que alberga, sino también una fuente de salud para sus habitantes: las playas de arena de la península de Apsherón, donde se encuentra la capital, son el lugar de descanso predilecto de los bakuenses.

El mar, cómo no, también influye en el espíritu y la cultura de sus habitantes. Las olas del Caspio, que se acercan sigilosas a la orilla cuando no hay viento y que la azotan sin piedad en horas de tormenta, han inspirado durante siglos a poetas, pintores y músicos.
"Para mí, el Caspio significa mucho. No solamente es fuente de motivos inspiración de mis cuadros, sino que influye directamente en mi estado de ánimo. El balcón de mi apartamento tiene vistas al Caspio. Cuando el mar embravece, uno se inquieta. Cuando hay buen tiempo, sus aguas proporcionan una sensación de placidez. Los reflejos de los rayos del sol sobre la superficie marina invitan al romanticismo", dice a Efe el pintor Faik Samédov, de 42 años.

No hay bakuense que no esté enamorado de su ciudad y del Caspio, que junto con la parte antigua de la capital le imprimen a Bakú su colorido irrepetible que hace que la gente que alguna vez la ha visitado vuelva sin falta.
Uno de los atributos sin el cual Bakú no sería Bakú son las casas de té. El té es la bebida favorita de los habitantes de la capital. En invierno, reconforta y ayuda a combatir el frío; en verano, no hay mejor refresco para quitar la sed. El té se sirve en unos vasos especiales llamados "armuda". Gracias a que son periformes, la infusión se enfría muy lentamente, lo que permite disfrutar de ella sin prisas. Los habitantes de Bakú se pasan horas en las casas de té, que son el lugar de reunión predilecto. Generalmente, esta bebida se acompaña con dulces orientales.

Como toda cocina oriental, la azerbaiyana ofrece una gran variedad. Pero el "shah" (rey) de todos los platos nacionales es el arroz con "gara", que es carne, como regla, estofada con hierbas o con castañas y frutos secos (albaricoques, uvas y ciruelas pasas).

Otros de los atractivos de Bakú es su ritmo apacible, que invita a caminar por la ciudad. Además del bulevar de la marina, los peatones son amos y señores de la Plaza de las Fuentes y la calle Nizamí, que los habitantes continúan llamando Comercio, nombre que tenía hasta la instauración del poder de los Sóviets, en 1920. En su reconstrucción, los arquitectos velaron por que cada fuente, cada farola, cada banco y cada nuevo detalle se incorporara orgánicamente en el conjunto que conforman los magníficos edificios construidos a fines del siglo XIX y comienzos del XX, monumentos arquitectónicos de los más variados estilos.

Thursday, June 2, 2011

Tivoli Eco Resort: paraíso ecológico con mar azul



Si tienes deseos de sentirte impune, aquí tenemos algo bueno para recomendarte.

Hace muy poco tuvimos la posibilidad de conocer un destino brasilero que todavía no está en el radar de la mayoría de los viajeros frecuentes de nuestro país. Se llama Tivoli Eco Resort, y que
da en Praia do Forte, a una hora de viaje por carretera desde Salvador, la capital del estado de Bahía.


Antes de seguir con este relato conviene detenerse un segundo, para hacer una consideración. Las personas que viajan a modo de esparcimiento se dividen en dos. Por un lado, tenemos a las que priorizan el encanto del destino, y tanto les da dormir en una hamaca paraguaya o en un establecimiento de alta gama: a esta clase de viajeros les interesa más andar todo el día de acá para allá, antes que disfrutar de las instalaciones de un gran hotel. Por otro, tenemos a los viajeros que hacen foco principalmente en el lugar en el que van a hospedarse, de modo que aman los resorts, porque éstos –cuando tienen la categoría adecuada- representan un pasaporte a la relajación, la belleza y el lujo. El Tivolo Eco Resort de Praia do Forte es, sin dudarlo, una gran opción para los del segundo grupo: los viajeros de alto poder adquisitivo que buscan una experiencia hedonista.

Este hotel es un destino en si mismo. Las revistas de viajes y turismo más prestigiosas no dudan a la hora de considerarlo entre los principales complejos turísticos del mundo. En el Tivoli Eco Resort todo es verde y azul. Puro mar y naturaleza, en un predio de 300.000 metros cuadrados de superficie, con 12 kilómetros de playas vírgenes con coqueiros, recifes multicolores, piscinas naturales con aguas cristalinas, ríos, lagos y correderas. Un santuario ecológico. Ideal para parejas en plan romántico, o para familias con niños de corta edad.

Este paraíso en el litoral norte de Bahía tiene 292 habitaciones, ochos piscinas, tres restaurantes, un spa impresionantes, instalaciones deportivas y un centro de recreación para chicos de 4 a 11 años, el Club Careta Careta, donde atienden a los niños con el mismo esmero que en un colegio privado de Palermo Chico.

Dicho de este modo, rapidito, como quién repite el abecedario, poco estamos diciendo. Son datos duros, que trasmiten poco. Pero si lo contamos de otro modo, acaso la belleza y el confort se puedan explicar mejor.

LAS HABITACIONES
Cada habitación en el Tivoli Eco Resort es un espacio de diseño, en especial las de las categorías Deluxe, Master y Master Spa, que tienen la estética propia de un hotel boutique, con muebles de diseño, lino, colores cálidos, revestimientos con texturas, y esculturas y piezas de artesanía local en cada una de ellas. Las construcciones son bajas, cada ala tiene cuartos en planta baja y primer piso. Todas con balcón amplio con vista al mar, y a un océano verde de palmeras y vegetación tropical. El Eco Resort promueve el respeto por el medio ambiente, y todo está desarrollado bajo la premisa de no interferirlo ni alterarlo. Por eso es que nadie se ocupa de espantar a las docenas y docenas de monos pequeñitos -no más de 25 centímetros de altura- que todas las mañanas trepan por los balcones de los dormitorios, para espiar a los huéspedes.

El personal de servicio en el Tivoli es un plus: gente noble, respetuosa, consagrada a su trabajo con esmero y sin afán de especulación. O sea, todo lo contrario a lo que ocurre en algunos destinos como Cuba, por ejemplo, donde el personal piensa más en recibir una propina que en brindar confort al pasajero.

COCINA GOURMET
El resort tiene sistema de media pensión. Se desayuna y se cena en el restaurante Goa, que realmente sorprende por su buffet. Lo contamos: por día ofrecen más de 100 opciones de platos diferentes de cocina internacional, con énfasis en las propuestas de la culinaria bahiana. La cocina tradicional del lugar se distingue por ser picante, muy elaborada y sabrosa por la cantidad de especias que se le añaden. Los platillos típicos de esta región son las moquecas (pescados y frutos de mar con leche de coco y aceite de dendê), la casquinha de siri (cangrejo) y el acarejé (masa de chicharo rellena con camarones, frita en aceite de palma). Si uno quiere probarlos, puede. Pero también la casa se esmera en reversionar estos platos de la cultura popular, al gusto del paladar gourmet internacional.


La gastronomía del Eco Resort de Praia do Forte tiene un nivel de excelencia difícil de encontrar en otros complejos turísticos. Sofisticar las propuestas gastronómicas es política de la empresa. Todas las propiedades de la cadena Tivoli (en España, en Portugal, y también en San Pablo, donde tiene un 5 estrellas que es miembro de The Leading Hotels of the World) se distinguen por sus cocinas.



Además del Goa, el Eco Resort ofrece otras dos opciones para almorzar a la carta: los restaurantes Já y Tabareu, este último con una barra de sushi, cerquita del mar, con una notable variedad de pescados y de piezas de autor.


AGUA DULCE, AGUA SALADA
El diseño del área de piletas juega un papel esencial en la arquitectura de todo resort con pretensiones de jugar en la liga mayor de la hermosura. La piscina “estrella” del Eco Resort, la que está ubicada a 50 metros del área central de piletas, se saca un 10. Está construida de modo tal que “se funde” en el mar. Desde cualquier posición en la que se la contemple (desde afuera, o sumergidos en ellas), las aguas del mar se visualizan como una prolongación del natatorio. Si alguien realiza alguna vez un ranking de las 10 mejores piletas del mundo, ésta –seguro- ocupa un lugar en el podio. Para sumar detalles de confort: tiene servicio de mayordomo en su deck. El mismo nivel de excelencia se extiende a todas las áreas comunes del resort, aunque aquí alcanza su máxima expresión.

Otro punto caliente en el Eco Resort es el Thalasso Spa, un santuario de salud, belleza y bienestar. Su highlight es la talasoterapia, uno de los tratamientos anti-stress más antiguos, naturales y eficaces del mundo. Tiene como base la utilización de agua de mar, asociada a diferentes técnicas de relajación. Bonito y costoso, con tratamientos para damas coquetas y caballeros con buena capacidad de ahorro.

UNA VISITA AL PUEBLO
Disfrutar del encanto de no hacer nada es una gran cosa .Se puede pasar una semana entera dentro del Tivoli Eco Resort navegando por una rutina de reposada calma, y no aburrirse. Aunque si a uno le cuentan que a Praia do Forte le llaman la Polinesia del Brasil, no se puede dejar de sentir curiosidad. Hay que ir a conocer al pueblito que es cabecera de playa de esa promesa de ensueño. El mejor momento es a la tardecita, cuando el sol se empieza a ir. Desde el hotel parten unos curiosos vehículos de tres ruedas a los que todo el mundo llama “tuc-tuc”. Sólo en la India hemos visto algo similar. Son como motos carrozadas, con un habitáculo para el conductor, y un espacio trasero en el que caben hasta cuatro personas apretujadas. En La Habana también existe algo parecido: el Coco Taxi. El trayecto hasta el inicio de la calle peatonal de Praia do Forte demanda apenas tres minutos. También se puede llegar caminando por la playa, en no más de 15 minutos.

El pueblito es pequeño y pintoresco. Tiene encanto: una bohemia, chic y relajada, con restaurancitos de autor, tiendas de ropa de diseño y un touch de folclore local que aportan los pescadores, que al atardecer merodean en patas.