Volar no siempre es un sueño. Para algunas personas, esas que sufren de fobia a los aviones, el solo hecho de pensar en una aeronave despierta sus más espantosas pesadillas y hasta desencadena síntomas psicosomáticos. Las fobias, como explica José Miguel Gómez Montero, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiat r í a , suelen a s o c i a r - se a algún evento estresante o traumático experimentado por la misma persona o por alguien cercano.
“Los aeropuertos son estresantes para cualquier persona”, señala el psiquiatra.
Los procedimientos de seguridad, el tiempo de espera y el gran flujo de personas crean un ambiente en ocasiones tenso. Esas circunstancias condicionan psicológicamente a la persona fóbica, que piensa que sufrirá mareos, vómitos y otros síntomas. Al acercarse el momento de abordar, el cuadro se agudiza haciendo que algunos se nieguen a subir al avión o sufran un ataque de pánico dentro de la aeronave.
La fobia a los aviones se convierte en un problema cuando interfiere con la vida laboral, social o familiar.
Una persona que, por su trabajo, tenga la obligación de viajar frecuentemente podría ver coartado su desarrollo profesional si no busca ayuda. Otras pierden la oportunidad de estudiar en el exterior o visitar a algún familiar.
Lo bueno es que la fobia a los aviones se supera.
ALGUNOS CONSEJOS PRÁCTICOS Y SENCILLOS
El portal Easyviajar.com ofrece estos consejos para superar el miedo a volar: • Recuerde que, estadísticamente, el avión es el medio más seguro y está somatido a estrictos controles de seguridad.
• Intente reservar con antelación para que pueda escoger un asiento en pasillo y no mirar por la ventanilla.
• Si puede, reserve su asiento de las alas hacia adelante, donde se sienten menos movimientos y ruidos.
• Viaje con un conocido.
• Procure relajarse mediante alguna técnica y controle la respiración de forma abdominal.
• Converse con otros pasajeros.
• No tome estimulantes.
• Coma hidratos de carbono y alimentos que estimulen el sueño.
• Busque actividades que lo relajen, como leer o escuchar música.
La fobia a volar se puede superar
La fobia a los aviones se puede superar. Para ello, el afectado es sometido a un programa de desensibilización que incluye actividades como visitar los aeropuertos para observar las aeronaves, conversar con otras personas acerca de sus viajes por aire y dibujar aviones.
El médico también podría recetarle algún ansiolítico que deberá tomar tres o cuatro horas antes del vuelo para estar relajado durante el viaje.
Relájese
Según el libro “Psychological perspectives on fear of flying” (“Perspectivas psicológicas sobre el miedo a volar”), editado por Robert Bor y Lucas van Gerwen, en los países desarrollados entre el 10 y el 40 por ciento de la población tiene algún grado de aprensión a volar.
Y no sólo varía el grado de miedo, sino también el objeto de éste. El fóbico puede temer a las alturas (acrofobia), a los espacios cerrados (claustrofobia) o a la imposibilidad de escapar en caso de una emergencia (agorafobia).
Temor normal
José Miguel Gómez Montero, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, recuerda que hay un cierto nivel de estrés normal cuando se viaja en avión, pero cuando llega la confianza éste debe pasar.
De modo que no todas las personas tienen un miedo patológico a los aviones. Hay quienes encuentran desagradable la experiencia de volar, pero la afrontan.
Unos toman tranquilizantes, otros procuran viajar acompañados para conversar y olvidar su aprensión, y algunos más recurren a la oración.
Todos esos recursos son válidos, pero ¿qué pasa cuando a su lado se sienta esa clase de pasajeros que disfruta haciendo bromas respecto a la posibilidad de un accidente? De acuerdo con Gómez Montero, hay que aprender a controlar los pensamientos negativos y sustituirlos con ideas positivas.
Recomienda aplicar técnicas de relajación (aspirar el aire por la nariz y soltarlo lentamente por la boca) e ingerir agua.
Trátese de su primera experiencia de vuelo o no, investigar sobre la aviación le ayudará a tener más confianza, ya que el temor suele fundamentarse en el desconocimiento.
INFUNDA SEGURIDAD EN LOS MENORES DE EDAD
En el caso de los niños, “lo ideal es no meterles miedo con los aviones”, dice José Miguel Gómez Montero.
Cortesia de : Listin Diario.
“Los aeropuertos son estresantes para cualquier persona”, señala el psiquiatra.
Los procedimientos de seguridad, el tiempo de espera y el gran flujo de personas crean un ambiente en ocasiones tenso. Esas circunstancias condicionan psicológicamente a la persona fóbica, que piensa que sufrirá mareos, vómitos y otros síntomas. Al acercarse el momento de abordar, el cuadro se agudiza haciendo que algunos se nieguen a subir al avión o sufran un ataque de pánico dentro de la aeronave.
La fobia a los aviones se convierte en un problema cuando interfiere con la vida laboral, social o familiar.
Una persona que, por su trabajo, tenga la obligación de viajar frecuentemente podría ver coartado su desarrollo profesional si no busca ayuda. Otras pierden la oportunidad de estudiar en el exterior o visitar a algún familiar.
Lo bueno es que la fobia a los aviones se supera.
El portal Easyviajar.com ofrece estos consejos para superar el miedo a volar: • Recuerde que, estadísticamente, el avión es el medio más seguro y está somatido a estrictos controles de seguridad.
• Intente reservar con antelación para que pueda escoger un asiento en pasillo y no mirar por la ventanilla.
• Si puede, reserve su asiento de las alas hacia adelante, donde se sienten menos movimientos y ruidos.
• Viaje con un conocido.
• Procure relajarse mediante alguna técnica y controle la respiración de forma abdominal.
• Converse con otros pasajeros.
• No tome estimulantes.
• Coma hidratos de carbono y alimentos que estimulen el sueño.
• Busque actividades que lo relajen, como leer o escuchar música.
La fobia a volar se puede superar
La fobia a los aviones se puede superar. Para ello, el afectado es sometido a un programa de desensibilización que incluye actividades como visitar los aeropuertos para observar las aeronaves, conversar con otras personas acerca de sus viajes por aire y dibujar aviones.
El médico también podría recetarle algún ansiolítico que deberá tomar tres o cuatro horas antes del vuelo para estar relajado durante el viaje.
Relájese
Según el libro “Psychological perspectives on fear of flying” (“Perspectivas psicológicas sobre el miedo a volar”), editado por Robert Bor y Lucas van Gerwen, en los países desarrollados entre el 10 y el 40 por ciento de la población tiene algún grado de aprensión a volar.
Y no sólo varía el grado de miedo, sino también el objeto de éste. El fóbico puede temer a las alturas (acrofobia), a los espacios cerrados (claustrofobia) o a la imposibilidad de escapar en caso de una emergencia (agorafobia).
Temor normal
José Miguel Gómez Montero, presidente de la Sociedad Dominicana de Psiquiatría, recuerda que hay un cierto nivel de estrés normal cuando se viaja en avión, pero cuando llega la confianza éste debe pasar.
De modo que no todas las personas tienen un miedo patológico a los aviones. Hay quienes encuentran desagradable la experiencia de volar, pero la afrontan.
Unos toman tranquilizantes, otros procuran viajar acompañados para conversar y olvidar su aprensión, y algunos más recurren a la oración.
Todos esos recursos son válidos, pero ¿qué pasa cuando a su lado se sienta esa clase de pasajeros que disfruta haciendo bromas respecto a la posibilidad de un accidente? De acuerdo con Gómez Montero, hay que aprender a controlar los pensamientos negativos y sustituirlos con ideas positivas.
Recomienda aplicar técnicas de relajación (aspirar el aire por la nariz y soltarlo lentamente por la boca) e ingerir agua.
Trátese de su primera experiencia de vuelo o no, investigar sobre la aviación le ayudará a tener más confianza, ya que el temor suele fundamentarse en el desconocimiento.
En el caso de los niños, “lo ideal es no meterles miedo con los aviones”, dice José Miguel Gómez Montero.
En vez de eso, infúndales confianza y seguridad y recuérdeles que usted estará a su lado en todo momento.
“Las primeras horas puede que lloren, pero luego se calman”, asegura el experto.