Vale la pena hacer aquí una aclaración con respecto a la tendencia de llamar de forma errónea esta categoría con el genérico de champañas. La razón para esta confusión es fácil de comprender: la champaña, reina de la categoría y sinónimo de elegancia, refinamiento y prestigio, ha sido el vino espumante de calidad más famoso del mundo por siglos. Sin embargo, no debemos olvidar que la denominación AOC Champagne restringe el uso del nombre para referirse exclusivamente a los vinos espumantes elaborados en la región francesa que lleva el mismo. Esto no quiere decir que no exista una amplia y variada oferta de vinos espumosos de calidad provenientes de otras regiones de Francia y de los países vitivinícolas del Viejo y Nuevo Mundo.
Actualmente, la oferta de espumantes es muy variada, en cuanto a estilos, precios y calidades, diseñados para seducirnos con sus burbujas. La información en las etiquetas es lo suficientemente clara y nos permite identificar fácilmente los diferentes estilos existentes que están definidos por las cepas , el color, el método de elaboración, la añada (año de creación) y la dulzura. Pero más allá del estilo, se trata de una bebida efervescente y refrescante cuya calidad se verá reflejada en la complejidad de sus aromas y sabores, su equilibrio y el tamaño de sus burbujas que en cuanto más pequeñas reflejarán mayor calidad.
Los espumantes son muy versátiles. Sin importar el estilo, podemos tomarlos bien sea solos o como aperitivo y deleitarnos con su carácter frutal, su frescura y el cosquilleo de sus burbujas en nuestra garganta. En este punto, vale la pena recalcar que debemos servirlos preferiblemente en copas tipo flauta y a una temperatura adecuada que puede variar entre los 6 y los 9ºC.
Los vinos espumantes son ideales para acompañar nuestras comidas (desayunos, almuerzos o cenas) de principio a fin si así lo desea. En este caso, sugiero los estilos blancos extra brut o brut, los cuales son muy fáciles de conseguir pues representan el 95% de los espumosos que encontramos en el mercado. Los rosados extra brut y brut son igualmente una excelente opción.
Si deseamos degustar diferentes estilos de espumantes en una misma ocasión, el orden de servicio de los vinos se determinará con base en las siguientes reglas:
De menor a mayor grado de dulzura acompañados de platos acordes al estilo elegido (por ejemplo, unas ostras de entrada acompañadas de un extra brut o brut, unas costillas de cerdo en salsa de miel con un espumante demi sec y una tarta de manzanas con un espumante doux). De menor a mayor nivel de calidad (iniciaremos con el más joven y seco, reservamos el espumante de añada para nuestro plato fuerte y finalmente recurrimos a un demi sec o doux para el postre).
De blancos a rosados (respetando el orden ascendente de dulzura, los espumantes blancos precederán a los rosados).
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